“Al Presidente no le gustó tu tuit”1. Eso dijo la DDI a KG cuando lo fueron a buscar a su casa. Le informaron que se encontraba bajo una causa penal que lo acusa de intimidación e instigación a cometer un delito. El tuit era un chiste. Una alegoría a un meme que viene circulando hace tiempo, y que refiere a la posibilidad de emprender s@k30s cuando la situación del país sea crítica.
La advertencia de la Ministra Frederic y su séquito ciberyuta acerca de la vigilancia de nuestro humor era un aviso literal.
El fiscal que le abrió la causa, Rodolfo Morue, expresó al respecto: “En un grupo social donde participan 700 personas, entendimos que era una amenaza seria como para notificarlo de sus derechos y avisar que nosotros sabíamos que podría tener un plan en su cabeza y que debía desistir. Si es un chiste o ironía solo lo sabe él. No estamos viviendo una situación como para hacer chistes en redes sociales”, continuó el fiscal2.
El Estado ahora detenta la potestad no solo de detectar el humor social, también de moldearlo, disciplinarlo. Y parece que éste chiste no le resultó gracioso. Es la primera acusación judicial relacionada al ciberpatrullaje desde que se anunció el 7 de abril su puesta en marcha. El ciberpatrullaje es una modalidad de la ciberseguridad, a través de la vigilancia con cruzamiento de palabras clave permite identificar la posible comisión de delitos. Implica el monitoreo de contenido como mensajes, posteos, imágenes y todo lo que se publica en alguna red social. Se realizan actividades de recolección, almacenamiento y análisis de los datos recolectados para transformarlos en información que sea de utilidad a la causa3.
“Todas las fuerzas realizan ‘ciberpatrullaje’ en las redes sociales para detectar el humor social, dependiendo de la zona y trabajar en alertas tempranas para prevenir diversas situaciones”, dijo Frederic en una conferencia, y agregó que “Las razones por las que sirve el ciberpatrullaje es porque la gente está mucho en la casa y a veces incita a la violencia […]”4.
Entre las características más criticables de esta práctica podemos resaltar que:
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Representa un atropello contra la libertad de expresión y un condicionamiento del discurso público. Tras este acontecimiento es muy probable que se sosieguen opiniones políticas críticas en las redes debido al temor latente a una vigilancia incesante.
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Vulnera la privacidad de les usuaries, ya que por más de que se estén monitoreando sus expresiones en la esfera pública, como pueden ser las redes sociales, tienen una expectativa de privacidad y no esperan que se haga un seguimiento de sus expresiones, recolección y tratamiento de su información. Estas constituyen tareas de inteligencia.
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Los programas que se utilizan para recoger palabras o frases no tienen capacidad de identificar el contexto ni la razón por las que las personas las usan.
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Carece de un protocolo que regule su accionar –actualmente está en elaboración, sin embargo la ciberyuta se encuentra operando– y en algunas Provincias se delega esta práctica a unidades que están exentas de cualquier tipo de control5. Sin embargo entendemos que un “control” extra-estatal tampoco sería una solución a este problema. La vigilancia MASIVA sin consentimiento de les usuaries es ilegítima ya sea bajo normas que la regulen o sin ellas.
La causa
Los efectos –de poder– de la causa judicial que le abrieron a KG, al igual que los del aparato judicial en su conjunto, pueden ser mejor entendidos en su positividad antes que en su negativdad. Con esto me refiero a que la causa no es un castigo,no es un acto punitivo en sí –lo que representaría un efecto de poder negativo. Es en cambio la amenaza de uno.
En realidad la acusación y su difusión mediática masiva juegan un efecto de poder positivo en el disciplinamiento de les cuerpes, en la producción de opiniones, conductas y deseos. La positividad del poder deviene de la facilitación del disciplinamiento, de los medios que moldean la ideología, de la suscitación al deseo a ser gobernade. Los efectos de poder positivos generan deseos reaccionarios, fascistas. No precisa reprimir. El ciberpatrullaje es, por antonomasia, el instrumento que facilita un mayor acceso a la información personal y posibilita la retroalimentación de este sistema disciplinario.
Estos efectos positivos de poder se evidencian a partir de 3 fenómenos:
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El objetivo REAL de la ciberyuta es capturar los deseos subversivos y recodificarlos. A partir de ahí se procederá canalizando esa energía para encauzarla hacia otra parte y así conjurar el acontecimiento. Con esto quiero decir que va proceder identificado a la pulsión subversiva antes que a la amenaza criminal como supuestamente pretende.
Esta recodificación del deseo apela a la docilidad y mansedumbre de les cuerpes. Esperan que cuando la situación económica sea insostenible –cuando el hambre retuerza las tripas y DUELA, cuando ya no alcance la guita que papi Estado reparte frenético, cuando los milicos ya solo distribuyan migajas y miedo en las villas– puedan apelar a la buena conciencia de la gente. A una conciencia libre de deseos anómalos. Buscan que no se nos cruce por la cabeza la posibilidad de llevar a cabo s@k30s –de hecho esto fue expresado por Frederic6 –difícil tarea, ya que el deseo no fue totalmente desterrado –desterritorializado– y tiene su nido en el inconciente colectivo nacional. Late el recuerdo aún tibio de las insurrecciones del 2001 y 2013.
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El aparato judicial no actúa de manera meramente punitiva, sino que establece una acusación: “KG incita a la delincuencia con sus chistes” que es difundida masivamente e internalizada por las personas. Entonces se expone como aparato antisubversivo (foucaultiano) que busca generar una polarización en la sociedad mediante la identificación de la OTREDAD anómala, insurrecta, malandra, piba chorra. A través de un proceso de criminalización determina a la OTREDAD. Actúa a su vez como un mecanismo individualizante, hay un doble proceso: Te identificamos a vos KG, examinamos tus gustos, movimientos, deseos; luego te exhibimos como dividuo de riesgo, factor potencial del kaos. Para este fin los medios de in-comunicación como Clarín y TN no dudaron en hacer alusión a una supuesta causa de robo en el expediente de KG –que es útil en esta formación de la percepción pública de KG como delincuente y que además pondría en duda el carácter de “chiste” de su tuit7.
Mediante la identificación de la OTREDAD efectivamente se vuelve más fácil la tarea de disciplinamiento de las conductas ya que cada sujeta procede por incorporar los mandatos, deseos, aversiones y comportamientos que pregona el Sistema –es decir que se autodisciplina– y/o tiende a disciplinar a otres. Esto es así porque cuando se delimita a la Otredad y se la exhibe, se difunde simultáneamente su antítesis (La Otredad no son las sujetas a la legalidad, las amantes de la moral) y se incita a un castigo moralizador desde el seno de la sociedad.
KG comunicó que tras haber sido publicada la noticia en los medios locales, comenzó a recibir mensajes insultándolo y a ser víctima de hostigamiento8. La identificación y exclusión de la OTREDAD también se evidencia en los abusos de poder protagonizados por las fuerzas policiales y gendarmería –que son las que con mayor excitación incorporan el discurso de la Otredad– generalmente hacia trabajadorxs populares y personas racializadas.
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Otro efecto de la Causa es generar la sensación de una vigilancia constante e imperceptible; el temor y cierta incomodidad al concebir que nuestras publicaciones y comentarios estarán (y lo están) siendo filtrados por algoritmos categorizantes y acechadas por la ciberchusma de buró. Los mecanismos que se utilizaban para la persecución de grooming, narcotráfico, entre otras, ahora se utilizan para medir el humor social, procesar los deseos y la opinión pública. El monitoreo en redes sociales para la prevención de crímenes agravados se metamorfoseó en vigilancia masiva –e ilegal– de sujetas –de sus opiniones, conductas y deseos. Será un pequeño paso, un comienzo del despliegue del ciberpatrullaje en nuestras vidas virtuales; pero es sin lugar a dudas un gran salto para el fascismo.
Reacción
Una de las reacciones suscitadas por la difusión de la causa fue que parte de la población local comenzó a hostigar a KG mediante insultos y que se gestara en las consciencia el miedo al s@k30 y al s@k3ad0r. Sin embargo no es la única reacción. En Twitter la palabra s@k30 fué tendencia, ya que varies usuaries decidieron publicar el mismo tuit en protesta contra la persecución ideológica efectuada por la ciberyuta albertista. Esto demuestra que una resistencia creativa es posible (y es REAL) a través de la proliferación de los ruidos, de la saturación del sistema y el boicot (o al menos ralentización) al trabajo de identificación y categorización de publicaciones de contenido político contestatario o que escapan a las codificaciones “morales” del sistema.
El ciberpatrullaje es el instrumento magnífico y brutal que utiliza el Estado para intensificar la aplicación de efectos positivos de poder sobre la sociedad –los cuales no son novedad, ya estaban siendo sumistrados desde mucho antes, lo preocupante es que se vuelven cada vez más abarcativos, totalizadores y fascistas. En este sentido la ciberyuta recolecta información sobre las conductas, características y deseos de les cuerpes, con la finalidad de agudizar y perfeccionar la supresión del deseo subversivo –en este caso del s@k30s–, su recodificación y la producción de investimientos sociales que sean favorables al Estado (el deseo a quedarse en casa, por ejemplo). Lo peligroso acá entonces no es la vigilancia en sí –más allá de que sea realmente nefasta– sino sus consecuencias y su potencial utilidad.
Creemos que los fines –evitar más muertes y contagios de coronavirus manteniendo un escenario social pacífico– no justifican los medios –vigilancia masiva ilegal que posibilita un ejercicio de poder totalitario y busca someter nuestros deseos a recodificaciones, además de crear subjetivaciones convenientes: la sujeta chusma de balcón, higiénica, de fiel escucha mediática, adicta al mainstream. Su peor pesadilla es el pibe que le “chorea” su salud tosiéndole en la cara o no respetando los 2m de distancia en “el chino”.
Denunciamos que estos mecanismos de vigilancia (CIBYUT) están llevando a cabo una suerte de disciplinamiento moralizador, un atentado contra la libre expresión y que juega un papel primordial como reproductor de estigmas. Asimismo incentivamos a la resistencia creativa contra estos atropellos neofascistas. Confiamos en que será esencial que la improvisación, conjunción de fuerzas, y la imaginación estén de nuestro lado en la insurrección que viene.
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http://www.laizquierdadiario.com/Kevin-Guerra-La-DDI-me-dijo-al-Presidente-no-le-gusto-tu-tuit-y-ahora-estoy-procesado ↩
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https://tn.com.ar/policiales/ciberpatrullaje-hizo-un-chiste-en-twitter-y-le-abrieron-una-causa-por-intimidacion_1061161 ↩
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https://www.vialibre.org.ar/2020/04/13/ciberpatrullaje-los-expertos-creen-que-es-una-practica-peligrosa-y-que-pone-en-riesgo-la-libertad-de-expresion/ ↩
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https://tn.com.ar/tecno/f5/polemica-por-el-ciberpatrullaje-en-las-redes-para-detectar-el-humor-social_1058733 ↩
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https://www.clarin.com/politica/coronavirus-argentina-opositores-entidades-prensa-piden-limitar-controlar-ciberpatrullaje-fuerzas-seguridad_0_UCb8gBzIh.html ↩
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https://www.clarin.com/politica/coronavirus-argentina-sabina-frederic-defendio-ciberpatrullaje-admitio-hablar-humor-social-feliz-_0_sEOYCH5v_.html ↩
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https://www.clarin.com/policiales/-sigue-pie-saqueo-tuit-valio-causa-judicial-joven-balcarce_0_Q2GKqAIe1.html ↩
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https://tn.com.ar/policiales/ciberpatrullaje-hizo-un-chiste-en-twitter-y-le-abrieron-una-causa-por-intimidacion_1061161 ↩